Ocho días después del inicio de la invasión rusa de Ucrania, los efectos del conflicto bélico siguen lejos de estabilizarse, más bien continúan in crescendo. A día de hoy, su repercusión es notable en el precio de materias primas como el aluminio, el níquel y el cobre, pero también en el coste de la energía. A ello hay que sumar ahora la preocupación por los efectos que pueden tener la sanciones en la cadena de suministros.
Y es que el bloqueo al tráfico de mercancías desde y hacia Rusia amenaza con congestionar aún más el transporte internacional. En este sentido, Maersk, la mayor naviera del mundo, ha anunciado esta semana que suspende el transporte marítimo, aéreo y ferroviario con el país soviético, a excepción de alimentos, suministros médicos y humanitarios.
“Estamos comenzando a ver el efecto de estas sanciones en los flujos de la cadena de suministro global, como demoras y detención de la carga por parte de las autoridades aduaneras en varios centros de transbordo”, afirman desde la compañía.
Al mencionado bloqueo hay que sumar, asimismo, un aumento de las inspecciones a las cargas con procedencia o desino Rusia para hacer cumplir las sanciones, algo que, según los expertos, podría provocar retrasos y un efecto dominó en toda la cadena de suministro a nivel global.
En este sentido, Ricardo de Vera, profesor de logística en OBS Business School, señala que “serán muchos los sectores afectados a nivel mundial, pero los principales van a ser el energético, el tecnológico, el de la alimentación y el de la automoción”, especifica, al mismo tiempo que remarca que la crisis “no solo va a afectar a las grandes navieras, también a las pequeñas”.
De hecho, en los Países Bajos, Bélgica y Alemania se esperan retrasos significativos, porque están reteniendo barcos en ruta hacia Rusia.
Una semana de subidas en los precios
Desde que comenzó la guerra, el aluminio se ha encarecido un 10,8 %, ha pasado de los 3.323 dólares por tonelada a los 3.728, su récord histórico. No hay que olvidar que, en 2021, Rusia fue el tercer mayor exportador de aluminio del mundo, solo por detrás de China e India.
Evolución de la cotización del aluminio desde que comenzó 2022. Fuente: Bolsa de los Metales de Londres.
Por su parte, el cobre, que resistió estable durante los primeros días del conflicto, acumula dos jornadas al alza y ya se encuentra en máximos anuales. Su cotización en la Bolsa de los Metales de Londres se ha encarecido un 4,4 % en la última semana. Por otro lado, el níquel sigue una línea similar a la del aluminio y su precio ha subido desde que comenzó la guerra un 13,4 %.
Algo similar ocurre con el coste de la energía. El precio de la electricidad ha pasado de los poco más de 200 euros en el mercado mayorista el día que comenzó la guerra a los 340,70 euros/MWh de este viernes, 4 de marzo. También se ha resentido el precio del gas, que ha pasado de estar por debajo de los 90 euros MW/hora el pasado 23 de febrero a rozar los 180 esta semana.
En la misma línea, el barril de Brent (petróleo), que en noviembre cotizaba a 68 dólares está, de media, a 116 dólares en este inicio del mes de marzo.
Para minimizar el impacto de la subida del precio de la energía, el Gobierno ha anunciado esta semana que prorroga hasta el próximo mes de junio las medidas que ya estaban en marcha (rebaja del IVA, eliminación del impuesto sobre la generación y rebaja del impuesto especial sobre la electricidad).
En este sentido, existe malestar en ciertos sectores productivos con el Ejecutivo, al que reclaman que también tome medidas para minimizar el impacto de la guerra en aquellas empresas que realizaban intercambios comerciales con Rusia y Ucrania y que se están viendo afectadas por las sanciones y los bloqueos de la comunidad internacional.