Electra Caldense ha impulsado este proyecto pionero, que cuenta con tres rasgos diferenciales respecto a otras iniciativas similares: no cobra cuotas a los miembros de la comunidad, no exige contratos con una determinada comercializadora eléctrica y ofrece una app propia que permite al usuario hacer un seguimiento del consumo tanto propio como de la comunidad.
El sector de las comunidades energéticas de autoconsumo todavía es un segmento incipiente en España. Sin embargo, poco a poco se van conociendo nuevos proyectos que, por sus características o modo de desarrollo, se diferencian del resto e incorporan particularidades que hacen avanzar al sector.
Es el caso de la comunidad de autoconsumo que ha desarrollado Electra Caldense, a través de su filial Elecsum, en el municipio de Caldes de Montbui (Barcelona). Esta instalación puede ser considerada como la primera red de autoconsumo colectivo de régimen abierto operativa de toda España. Pero, ¿qué es lo que le diferencia de otras comunidades energéticas?
Diferencias respecto a otras comunidades energéticas
Actualmente ya existen en nuestro país instalaciones de autoconsumo colectivo operativas, por lo que esto no representa una novedad. Sin embargo, la instalación de Electra Caldense se desmarca de las puestas en marcha hasta ahora por tres rasgos diferenciales.
En primer lugar, la instalación está abierta a particulares y empresas situados en un radio de 500 metros desde el punto de generación de la energía y, aquí viene la novedad, los promotores no imponen que estos miembros procedan de una determinada comercializadora eléctrica, como sí ocurre en otras comunidades energéticas de estas características.
En segundo lugar, Elecsum no cobra ninguna cuota fija a los miembros de la comunidad, algo habitual en instalaciones promovidas, por ejemplo, por entidades locales o ayuntamientos. Además, los usuarios tampoco tienen que realizar una inversión inicial para el alquiler de la cubierta, la compra de paneles fotovoltaicos o la conexión física a la planta. Entonces, ¿de dónde obtiene la empresa su beneficio?
“Lo que hacemos es que, cada mes, monitorizamos el consumo y el ahorro que ha obtenido el usuario. A partir de ese ahorro, nosotros nos quedamos con un porcentaje que, actualmente, es del 80 %, mientras que el consumidor se beneficia del 20 % del ahorro restante”, explica a este medio Xavier Bou, director de comunidades energéticas de Elecsum.
La tercera particularidad es que los miembros de la comunidad energética disponen de una aplicación específica que les permite no solo conocer y monitorizar su ahorro y consumo (algo habitual en estas instalaciones), también el de la comunidad energética a nivel general y el coeficiente de reparto de cada miembro que forma parte de la misma.
Detalles de la instalación
Actualmente, la instalación de autoconsumo colectivo cuenta con 30 kW de potencia nominales y 20 miembros, aunque la previsión de los promotores es llegar a los 30 consumidores adheridos al proyecto. Los usuarios son principalmente particulares y pequeños negocios que subrayan el ahorro en en su factura sin necesidad de una inversión previa.
“Los comercios y las empresas de servicios son los clientes que han mostrado mayor interés en esta modalidad de generación de energía de proximidad, ya que, de acuerdo con su patrón de consumo, principalmente diurno, pueden obtener un mayor ahorro que los particulares, al aprovechar las horas en las que se genera una mayor producción de energía solar”, explica Oriol Xalabarder, consejero delegado de Electra Caldense
Cada miembro de la comunidad puede consumir hasta 1 kW mensual de energía de proximidad, mientras que el resto de suministro se realiza a través de la red eléctrica general.
Además, y para finalizar, la comunidad de Cans Forns, que así es como se llama, funciona hoy en día con algoritmos propios desarrollados por Elecsum que aplican coeficientes de reparto fijos para cada miembro, aunque, en el futuro, está previsto implantar una nueva tecnología que permitirá hacer repartos diarios dinámicos y “más inteligentes”.