El autoconsumo colectivo ya es una realidad en un edificio de cuatro plantas del barrio de Adurtza, situado al sureste de Vitoria capital. La instalación, diseñada y desarrollada por la cooperativa de no lucro Ecooo, se ha convertido, así, en el primer sistema de autoconsumo colectivo implantado en un edificio de viviendas del País Vasco.
Los propietarios del inmueble iniciaron hace cinco años el proyecto de rehabilitación de este edificio, construido en la década de los 40, con una actuación en la que se mejoró, entre otros aspectos, el aislante del bloque para aumentar su eficiencia energética. Entonces, en 2016, los propietarios ya se planteaban instalar placas solares en la cubierta, pero la legislación vigente frenó sus intenciones.
“Desde el principio, la idea era implantar un sistema de autoconsumo solar. Sin embargo, en 2016 no había una buena legislación para poder hacer este tipo de instalaciones, así que hemos esperado a que se suprimiera el ‘impuesto al sol’ para realizar la instalación”, explica Juan Peraita, socio de la empresa familiar Legoi Pebal, propietaria del inmueble.
Principales problemas
El primer contacto con Ecooo se produce en septiembre de 2020 y es la propia cooperativa de no lucro la que se ha encargado de diseñar, desarrollar y poner en marcha la instalación fotovoltaica. “El principal problema que nos hemos encontrado es que el Ayuntamiento de Vitoria tardó entre dos y tres meses en tramitar la licencia de obra“, afirma Juan Peraita en declaraciones a ‘C de Comunicación‘.
“La obra apenas tardó una semana -continúa el propietario-, por lo que el principal problema fue el retraso que supuso la tramitación de la licencia de obras”, recalca, poniendo de manifiesto un problema hacia el que han apuntado en reiteradas ocasiones entidades como la Unión Española Fotovoltaica (UNEF) o el Colegio de Administradores de Fincas de Madrid (CAFMadrid). En este sentido, cabe recordar que 10 comunidades autónomas españolas ya han suprimido este requisito.
Por otro lado, los propietarios del edificio, que han corrido con los costes de la instalación, también se encontraron con cierto recelo de los vecinos en un primer momento. “Lo que más les preocupaba es si les iba a suponer algún coste”, nos cuenta el propietario, a la vez que destaca que los residentes se beneficiarán de un ahorro de entre 5 y 10 euros al mes en la factura de la luz. Los propietarios del edificio, por su parte, se beneficiarán de la reducción de los costes en las zonas comunes.
Así es la instalación de autoconsumo colectivo
La planta cuenta con un inversor de 10 kilovatios y un total de 33 paneles solares de 380 vatios. 20 de ellos se ubican en la parte oeste de la cubierta, mientras que los otros 13 están orientados al este. Los promotores estiman que la instalación producirá algo más de 13 MW/h al año, de los que el 80 % se utilizarán para autoconsumo y el 20 % serán excedentes vertidos a la red.
El sistema suministrará energía eléctrica a 10 contadores, en concreto, a seis de las ocho viviendas del inmueble, a las zonas comunes del propio bloque y de otros dos edificios cercanos y al garaje del inmueble.
Además, cabe mencionar que esta instalación de autoconsumo colectivo contribuirá a reducir las emisiones en alrededor de 2,5 toneladas de CO2 al año. Asimismo, dispone de un sistema de monitorización que permitirá conocer la producción del sistema y los consumos asociados.
“No se instalaron más placas solares porque no había más espacio”, comenta Juan Peraita, quien, además, recalca que la actuación busca “que a los vecinos les cueste menos pagar la factura y revalorizar el edificio“.
Las placas solares ya generan energía, aunque para que la instalación esté al 100 % operativa resta un último trámite: definir los coeficientes de reparto de la energía. En principio, y según confirma el propietario a este medio, la idea es que el 50 % de la producción se destine a las zonas comunes y el otro 50 % a las seis viviendas que participan en el proyecto.