La actividad productiva y comercial del país cayó en 2020, de media, un 56 %, mientras que un 18 % de las empresas registró impagos significativos durante el pasado año. Sin embargo, el sector del material eléctrico hizo gala de su resiliencia y registró cifras más positivas, tal y como destaca ADIME.
El sector del material eléctrico registró mejores datos en cuanto a impagos y actividad económica que la media española durante 2020. Esta es la principal conclusión que se puede extraer tras conocer los datos del Estudio de la Gestión del Riesgo de Crédito en España, elaborado por Crédito y Caución e Iberinform.
Según manifiesta ADIME, las cifras que presenta este estudio distan mucho de la realidad del sector eléctrico. Así, mientras que el informe apunta que el 18 % de las empresas españolas sufrieron impagos significativos durante el pasado año, en el sector del material eléctrico apenas se incrementó el porcentaje de impagos.
En este sentido, destacan desde la asociación, la ratio de facturas impagadas del conjunto de las empresas distribuidoras durante 2020 no sobrepasa el 1,5 %, “lo que demuestra la solvencia y fortaleza, no solo de la distribución, sino de todo el sector”, subrayan desde ADIME.
Un sector solvente
El Estudio de la Gestión del Riesgo de Crédito indica, asimismo, que las ventas del tejido productivo y comercial nacional se desplomaron, de media, un 56 %. Esta cifra también está muy alejada del -12,44 % en la que cifró AFME la caída de la facturación del sector de material eléctrico y más aún del –7,5 % que registró la distribución de material eléctrico.
“Desde ADIME queremos dejar constancia de que este es un sector solvente, consolidado y con un magnífico futuro, pues mantiene una posición estratégica para liderar la mejora de la eficiencia energética que este país necesita acometer. Por ello, coincidimos con las estimaciones de que 2021 será un año de crecimiento económico, más aún por la vinculación de este sector con el Plan España Puede”, explican desde la asociación.
En este sentido, la entidad destaca la resiliencia, el bajo riesgo de impago y el factor diferencial de este sector como fortalezas de cara a que las empresas que lo integran cuenten con el apoyo de las entidades financieras y compañías aseguradoras.
