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La CNMC aprueba el nuevo etiquetado de electricidad: principales novedades

Por Pablo García
El nuevo sistema facilita al consumidor conocer el origen de la electricidad que consume y su impacto en el medio ambiente. Además, clasifica a las comercializadoras eléctricas desde la letra ‘A’ a la ‘G’ en función del menor o mayor impacto ambiental que supone su actividad.

La Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) ha aprobado la Circular 2/2021 por la que se establece la metodología y condiciones del etiquetado de la electricidad para informar sobre el origen de la electricidad consumida y su impacto sobre el medio ambiente (pueden consultar la Circular completa en nuestra sección de descargables).

La aprobación de este documento responde a la necesidad de actualizar la Circular 1/2008, debido a los cambios que se han producido en el mercado desde su publicación, hace trece años. Además, mediante estos cambios se mejora la información que se ofrece al consumidor dentro de la transformación del sistema energético hacia la transición ecológica.

¿Consideras que este etiquetado de origen podría influir a la hora de contratar una u otra comercializadora?

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Una información más transparente y veraz

La Circular establece la metodología y condiciones relacionadas con la información que las empresas comercializadoras de energía eléctrica deben proporcionar de forma obligatoria a sus clientes sobre el origen de la energía que consumen y su impacto medioambiental. Asimismo, detalla los pasos necesarios para la elaboración del etiquetado, cuyo resultado final debe incluir:

  • La contribución de cada una de las fuentes de generación de energía eléctrica en la energía comercializada;
  • El impacto ambiental asociado en emisiones de CO2 equivalente y de residuos radioactivos de alta actividad;
  • La clasificación energética de cada empresa, calificadas desde la letra ‘A’ a la ‘G’ en función del menor al mayor impacto ambiental;
  • Y los formatos a utilizar para mostrar la información mencionada.

Por último, la nueva Circular determina las condiciones para que un consumidor de electricidad pueda, voluntariamente, conocer de forma más detallada el origen de la electricidad que consume (más allá del etiquetado que le corresponda a su comercializadora) y, en su caso, difundir dicha información a terceros.

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