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Europa marca un modelo enfocado a la generación distribuida, el autoconsumo y la gestión inteligente de la demanda

El experto Javier García Breva explica, en el nuevo Informe IPM “Las 5 grandes propuestas del Paquete de Invierno”, que las leyes europeas proponen cambios drásticos en el sistema eléctrico y en el uso de la energía por los ciudadanos.

El Paquete de Invierno de la Unión Europea –también llamado paquete de Energía Limpia– es un conjunto de normas que establecen la política energética de los estados miembros de la UE hasta 2030 (entraron formalmente en vigor en junio de 2019). El experto Javier García Breva expone que la aplicación de estas directivas europeas supone cambios drásticos en el sistema eléctrico y en el uso de energía por millones de consumidores.

García Breva pone de relieve en el nuevo Informe IPM “Las 5 grandes propuestas del Paquete de Invierno”, que, con las normas europeas, “el modelo energético centralizado en grandes plantas de generación ha de transformarse en un modelo distribuido, que potencie las pequeñas instalaciones renovables, abierto a la participación de millones de consumidores, entidades locales y pymes, para que, de forma individual, compartida o agregando sus consumos actúen directamente en los mercados de electricidad”.

Las cinco grandes propuestas de las directivas

En este informe, el experto pone el acento en cinco aspectos principales:

  • Primero, la eficiencia energética.
  • La descarbonización implica reducir las emisiones a cero.
  • El edificio autosuficiente es el objetivo básico de la transición energética.
  • El autoconsumo como despliegue eficiente de las energías renovables.
  • El consumidor activo como nuevo poder de mercado.

Cabe recordar que las directivas del Paquete de invierno establecen la hoja de ruta para cumplir el Acuerdo de París, reduciendo las emisiones un 40 % en 2030, y la descarbonización de la economía en el año 2050 a través de la generación distribuida, el autoconsumo, la eficiencia energética y las aplicaciones inteligentes para que cada centro de consumo se convierta en un centro de generación y de gestión de la demanda.

La democratización llega al sector energético

Así, acceso al autoconsumo, a las comunidades de renovables, a los contadores inteligentes, al edificio autosuficiente y la participación en los mercados de electricidad son elementos que aparecen como nuevos derechos del “consumidor activo”, nuevo centro del sistema eléctrico, detalla García Breva.

Además, comunidades ciudadanas de energía, almacenamiento en todas las tensiones, agregación, edificio de consumo de energía casi nulo, carga inteligente para el vehículo eléctrico, funciones de eficiencia de los contadores inteligentes y gestión inteligente de la demanda son elementos que se establecen en las normas europeas y habrá que tener en cuenta.

El edificio autosuficiente, prioridad de la transición energética

Entre otros elementos fundamentales de este conjunto de normas, la Directiva (UE) 2018/844 define un nuevo concepto de edificación y comporta un cambio radical en la forma de utilizar la energía en los edificios, con el objetivo de facilitar la transformación de todos los inmuebles en edificios de consumo de energía casi nulo, siempre que sea viable técnica y económicamente.

Además, a partir del 31 de diciembre de 2020, la nueva edificación y la rehabilitación de la existente no solo deberá ser de alta eficiencia energética, sino que deberá contar también con energía renovable generada en el propio edificio, puntos de recarga para vehículos eléctricos y aplicaciones inteligentes interconectadas.

El autoconsumo y las renovables como norma de edificación

La nueva directiva incorpora las directrices que para los edificios de consumo de energía casi nulo aprobó la Comisión Europea en la Recomendación (UE) 2016/1318 de 29 de julio de 2016. Las estrategias nacionales de rehabilitación deberán incluir estas directrices que obligan a tener siempre en cuenta las renovables en el cálculo de la eficiencia energética para que, a partir de 2021, entre el 50% y el 100% de la energía primaria que requieran los edificios se cubra con energías renovables.

La consecuencia de la nueva norma europea es que el autoconsumo forma parte de la gestión energética de los edificios y “obliga a dar una vuelta y media a los códigos de construcción y a la regulación eléctrica para facilitar las renovables y el autoconsumo en la edificación”. La función de las renovables en los edificios es eliminar las emisiones de CO2, reduciendo la demanda de energía primaria y sustituyendo la energía fósil por energía limpia.

Además, otra novedad, el vehículo eléctrico forma parte de la gestión energética del edificio, no solo para tomar energía de la red sino para intercambiarla a través de las instalaciones de autoconsumo y la batería del coche.

Asimismo, destaca García Breva, la directiva de renovables “establece una relación de derechos de los consumidores en un lenguaje hasta ahora desconocido en la regulación”: se habla de derecho al autoconsumo con almacenamiento para generar, almacenar, usar y vender la energía renovable, de forma individual o mediante agregadores, siempre que no sea la actividad principal, comercial o profesional; y del derecho al autoconsumo compartido, por al menos dos personas, en edificio o bloque de viviendas, y a intercambiar la energía renovable que produzcan en sus propios emplazamientos.

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