Según APPA (Asociación de Empresas de Energías Renovables), las tres subastas de 2017 implican la construcción de más de 6.000 MW en solo dos años y medio, revelando la falta de planificación energética por parte del Ministerio de Energía.
La Asociación de Empresas de Energías Renovables (APPA) sostiene que la nueva subasta de renovables, prevista para el 18 de julio, denota precipitación y falta de planificación energética por parte del Gobierno ya que, con las tres subastas de este año, se producirá una acumulación de potencia renovable a instalar en un corto espacio de tiempo y se podría genera una burbuja de instalaciones.
Esto implica que tendrán que instalarse más de 6.000 MW antes del 31 de diciembre de 2019, lo que supone una carga excesiva para un sector que ha estado cinco años paralizado a golpe de decreto y cambios regulatorios. Se trata, además, de un plazo muy ajustado que encarecerá la ejecución y que hará que no se puedan optimizar costes en compras de maquinaria, instalaciones, transportes y en toda la cadena de montaje, e incluso derivar en cierto colapso administrativo.
“El hecho cierto de que el legislador desconociera a comienzos de año la capacidad renovable a subastar en mayo, y la existencia de una subasta adicional en julio, constata la improvisación y falta de planificación en la incorporación de energías renovables al sistema eléctrico peninsular”, señalan desde APPA en un comunicado.
Tres subastas, posible colapso administrativo
La primera subasta, en el primer trimestre del año, sólo tuvo en cuenta el componente financiero, sin más requisito que la presentación de un aval. La segunda subasta, aunque incorporó algunas sugerencias presentadas en fase de alegaciones, siguió siendo una subasta de carácter eminentemente financiero, continuó ignorando la complementariedad entre las distintas tecnologías renovables y priorizó la adjudicación por el tamaño de las ofertas.
Finalmente, la tercera subasta, prevista para julio de 2017, anunciada en tan breve espacio de tiempo y variando las bases de retribución, sigue incidiendo en los mismos errores que las anteriores y abre una ventana a la especulación.
“La acumulación de proyectos en un corto espacio de tiempo crea una innecesaria presión para el sector renovable, especialmente si no se producen subastas separadas por tecnologías y se vuelven a concentrar todos los proyectos en una o dos tecnologías renovables”, resaltan desde la asociación. Esa presión se amplía a los proveedores de equipos, además de suponer un riesgo real de colapso de las Administraciones Públicas implicadas en la tramitación, especialmente en las comunidades autónomas con mayor número de proyectos.