Fermax participa en la creación de un bioplástico de origen biológico que pueda utilizarse en la fabricación de electrónica doméstica, en colaboración con una decena de socios europeos.
Fermax ha
participado activamente en el desarrollo de un nuevo bioplástico ecológico, en el
marco de un proyecto en el que han colaborado 14 socios europeos de nueve
países, entre los que se encuentra el AIMPLAS (Instituto
Tecnológico del Plástico). El resultado ha sido crear un componente bioplástico
respetuoso con el medio a partir de residuos orgánicos; en este caso se eligió
como materia prima la paja de trigo por su abundancia en Europa.
Este proyecto de investigación ha contado con el apoyo del 7th Framework Programme, principal instrumento de financiación a la
Investigación y Desarrollo Tecnológico de la Unión Europea, y su objetivo se
centró en lograr un plástico de origen
biológico con las propiedades físicas concretas que se requieren en la
fabricación de electrónica doméstica o de electrodomésticos de línea blanca,
sectores en los que integran los socios industriales involucrados en el
proyecto.
Tras la elección de la paja de trigo, el primer reto
consistió en extraer y purificar el polímero con el mínimo impacto
medioambiental. Después, se consiguió mejorar sus propiedades mecánicas y
confirmar su capacidad para ser procesado con los mismos métodos (inyección,
extrusión, termoconformado) y la misma maquinaria que se utiliza
tradicionalmente con otros plásticos.
En el caso de Fermax, las piezas seleccionadas para realizar
las comprobaciones fueron el soporte del micrófono que se utiliza en una de sus
placas de calle, la placa Marine, y el actuador de la placa Cityline. Los
resultados, completados a finales de junio en Valencia, han sido óptimos ya que
el material procesado a partir de la paja demostró su viabilidad en la cadena
productiva. Con este logro, la compañía valenciana sigue a la vanguardia de la
búsqueda de tecnologías dedicadas a lograr un impacto ambiental cero en el
sector.
