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Adiós a las mascarillas en interiores: ¿Deben seguir utilizándola los instaladores?

Por Pablo García
Mañana entrará en vigor el real decreto que elimina la obligación de llevar cubrebocas en recintos cerrados, aunque hay algunas excepciones como transporte público, hospitales, centros de salud y residencias. En el caso de las empresas, tal y como apunta APIEM, la decisión dependerá de los servicios de prevención de riesgos.

Este martes, 19 de abril, está previsto que el Gobierno apruebe el real decreto que, a partir de mañana, cuando se publique en el BOE, eliminará la obligación de llevar mascarilla en recintos cerrados, aunque este ‘icono’ de la pandemia seguirá siendo obligatorio en ciertos espacios, tal y como recuerda APIEM.

En este sentido, y en línea con las recomendaciones de la Ponencia de Alertas, un órgano que reúne a expertos del Ejecutivo y las comunidades autónomas, la asociación de instaladores madrileña recalca que la mascarilla seguirá siendo obligatoria en el transporte púbico, en los centros de salud y hospitales, en las farmacias y para visitantes y trabajadores de residencias y espacios sociosanitarios.

La cuestión es, ¿qué ocurre con los instaladores que realicen sus trabajos en espacios cerrados distintos de los ya mencionados? Pues bien, tal y como explican desde APIEM, en el ámbito laboral, el real decreto deja en manos de los servicios de prevención de riesgos de las empresas la obligatoriedad o no de llevar mascarilla.

Esta decisión dependerá, en gran medida, de las características del recinto: si se puede ventilar, si permite guardar las distancias, del aforo, etcétera.

En cualquier caso, y aunque este miércoles, tras 700 días, decaiga la obligación de seguir llevando la mascarilla en espacios cerrados, la asociación de instaladores madrileña se remite a la Ponencia de Alertas, que recomienda realizar “un uso responsable” del tapabocas en casos de aglomeraciones y por parte de las personas más vulnerables al COVID-19, dado que “persiste la transmisión del virus”.

En definitiva, el instalador que sea empleado de una mediana o gran empresa deberá adaptarse a la decisión de los servicios de prevención de riesgos de su compañía; en el caso de un instalador autónomo es recomendable hacer uso del sentido común para minimizar la posibilidad de contagio.

Como instalador, ¿dejarás de llevar mascarilla a partir de este miércoles?

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