Algunas asociaciones del sector han pedido formalmente al Ministerio de Sanidad que se incluya a este colectivo en el Plan Nacional de Vacunación contra la COVID-19 al tratarse de “trabajadores esenciales y por su riesgo de exposición”. Este medio ha tenido acceso a la respuesta que el Ministerio ha dado a la petición de CONAIF.
¿Por qué no se incluye a los instaladores técnicos en el Plan Nacional de Vacunación contra la COVID-19? Esta es la pregunta que se hacen algunas de las asociaciones del sector, especialmente, ante el hecho de que el colectivo ha sido clasificado durante todos estos meses de pandemia como ‘esencial’.
En este sentido, CONAIF realizó una petición formal el pasado mes de enero al Ministerio de Sanidad: “Nosotros pedimos que incluyesen a los instaladores españoles entre los colectivos prioritarios para el plan de vacunación”, especifican fuentes de la Confederación a este medio.
Por otra parte, la Asociación de Empresas de Frío y sus Tecnologías, AEFYT, remitió la semana pasada una carta al Grupo de Trabajo de Vacunación COVID-19. En la misiva, la asociación mostraba su preocupación “por los profesionales instaladores que trabajan en edificios del ámbito sociosanitario sin estar vacunados y están expuestos a un mayor riesgo de contagio”.
A través de este texto, AEFYT solicitaba que “se analicen los riesgos de exposición, particularmente, de los instaladores que trabajan en operaciones regulares de mantenimiento de hospitales y otros edificios similares y que están expuestos a un mayor riesgo de contagio”.
En esta línea, la asociación ponía el foco sobre los instaladores electricistas y de protección contra incendios, así como en los profesionales de saneamiento, técnicos frigoristas, fontaneros e instaladores de climatización.
El Ministerio responde a CONAIF
Ante la solicitud de la Confederación Nacional de Asociaciones de Instaladores y Fluidos, el Ministerio ha remitido ya su respuesta, a la que ha tenido acceso en exclusiva el área de Climatización y Confort de ‘C de Comunicación‘: “Las primeras vacunas frente a la COVID-19 están disponibles en una cantidad limitada, que se irá aumentando progresivamente, por lo que es necesario establecer el orden de prioridad de los grupos de población a vacunar”.
“Para ello, – continúa el Ministerio de Sanidad -se ha establecido un marco ético donde prevalecen los principios de igualdad y dignidad de derechos, necesidad, equidad, protección a la discapacidad y al menor, beneficio social y reciprocidad. Además de considerar la participación, transparencia y rendición de cuentas, así como la importancia de la información y educación, sobre los cuales se fundamenta la evaluación de los diferentes grupos de población, atendiendo también a las normas legales de aplicación y a las recomendaciones internacionales”.
“El orden de prioridad, se ha establecido tras realizar una evaluación en función de criterios que incluyen el riesgo de exposición, de transmisión y de enfermedad grave, así como el impacto socioeconómico de la pandemia en cada grupo de población”, aclara.
Eso sí, el mencionado ministerio deja claro que “estamos de acuerdo en que los instaladores desempeñan una función importante, pero actualmente el número de dosis es limitado y es necesario establecer un orden de prioridad teniendo en cuenta los criterios anteriormente expuestos”.
