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Fotoimpacto: “Cuando la chapuza se convierte en la norma…”

Por Sara PortilloRedactora del Área de Material Eléctrico
"Conexiones peligrosas, montajes incompletos o la eterna batalla con la falta de profesionalismo. Ya nos hemos encontrado con este tipo de instalaciones muchas veces...", comparte en LinkedIn Manuel Regueiro, responsable de División Industrial & CF en Controlli Delta Spain S.A. Una "chapuza" que recupera nuestra sección de fotoimpacto.

“Conexiones peligrosas, montajes incompletos o la eterna batalla con la falta de profesionalismo. Ya nos hemos encontrado con este tipo de instalaciones muchas veces…”, denuncia en LinkedIn Manuel Regueiro, responsable de División Industrial & CF en Controlli Delta Spain S.A. Una “chapuza” que recupera nuestra sección de fotoimpacto.

La publicación, acompañada de las tres imágenes que abren este artículo, continúa: “Es preocupante que se sigan viendo trabajos de esta calidad, poniendo en riesgo la seguridad de las instalaciones y de las personas. ¿Cómo hemos llegado aquí? ¿Y qué podemos hacer para revertir esta tendencia?”.

El área de Material Eléctrico de C de Comunicación ha solicitado a Manuel Regueiro información acerca de estas instalaciones defectuosas, sus errores, riesgos y posibles soluciones.

Las imágenes reflejan ejecuciones improvisadas y una “grave falta de mantenimiento y prácticas de instalación realizadas por personal no cualificado”. Estas, además de comprometer la eficiencia y el rendimiento de los equipos, suponen serios riesgos de seguridad tanto para técnicos como para operarios, nos traslada.

“Para evitar este tipo de problemas, es fundamental realizar un mantenimiento regular con personal certificado, utilizando los materiales y repuestos adecuados”, completa.

¿Qué problemas se detectan?

Primera imagen: utilización de un sargento como solución improvisada

Tal y como detalla Manuel, en la primera de las tres imágenes se ha utilizado un sargento como solución improvisada para forzar el funcionamiento de una válvula de regulación. Esto ocurre debido a la falta de un servomotor funcional, que debería accionar dicha válvula.

Al forzar la válvula de forma manual, se permite el paso del 100 % del caudal, lo que anula cualquier capacidad de regulación de temperatura. Esto hace que el equipo sea ineficaz tanto en términos de rendimiento como de eficiencia energética.

“Esta operación manual no solo es ineficaz, sino también inaceptable desde un punto de vista operativo y de mantenimiento”, sostiene.

Segunda imagen: manipulación deficiente

En esta segunda imagen se observa cómo la caja de conexiones muestra una manipulación deficiente de los cables de alimentación del servomotor de compuerta, con conductores de 230V cortados sin protección. Una situación que “representa un alto riesgo de electrocución para cualquier técnico que trabaje en el área”, apunta Manuel.

Por otro lado, y dado que el servomotor está averiado, “el sistema de compuertas no puede funcionar correctamente, lo que impide una ventilación o aportación de aire adecuada”. El hecho de que las compuertas hayan sido “forzadas manualmente, agrava aún más la situación”.

Tercera imagen: sin protección adecuada

En la tercera y última imagen se percibe cómo los cables de alimentación que entran en el armario de control carecen de la protección adecuada. Es decir, como traslada Manuel, “no están entubados ni aislados correctamente”. Y esta exposición al exterior “aumenta los riesgos de deterioro”.

Estos cables son más vulnerables, por tanto, a factores como “roedores, daños mecánicos o condiciones ambientales adversas”. Por último, “la falta de entubado y protección también eleva el riesgo eléctrico, tanto para los operarios como para la propia instalación”.

Los riesgos de estas “chapuzas”

Existen una serie de riesgos asociados a este tipo de instalaciones deficientes que Manuel Regueiro resume en cuatro: riesgo eléctrico, pérdida de eficiencia energética, riesgo de averías mecánicas y condiciones inseguras para el mantenimiento. Así, desarrolla lo siguiente:

Riesgo eléctrico

Los cables sin protección o conectados incorrectamente pueden generar cortocircuitos, descargas eléctricas o incluso incendios, especialmente en ambientes húmedos o con exposición al clima.

Pérdida de eficiencia energética

El aislamiento térmico deficiente en las tuberías y la falta de sistemas de regulación operativos puede derivar en pérdidas de energía y, en sistemas de climatización o calefacción, esto impactará en el rendimiento general y en los costos operativos.

Riesgo de averías mecánicas

El uso de componentes de fijación inapropiados (como el sargento de la primera imagen) puede comprometer la estructura de las tuberías o equipos, lo que podría ocasionar fugas o daños mecánicos graves.

Condiciones inseguras para el mantenimiento

Estas instalaciones representan un peligro para los técnicos que deban trabajar en ellas, ya que podrían encontrar sistemas no seguros o expuestos a fallos eléctricos, térmicos o mecánicos durante su operación.

¿Qué soluciones hay o cómo se podría haber realizado de forma correcta?

Para estas deficiencias, Manuel Regueiro sugiere algunas soluciones, aunque recuerda que “si los mencionados trabajos se hubiera realizado de la manera correcta desde un principio, el sistema sólo habría requerido un paro temporal mínimo para realizar las reparaciones necesarias”.

La negligencia en la ejecución original ha propiciado que la instalación se vea sujeta a “múltiples paradas” y esto no solo aumenta los costos operativos, sino que “también pone en riesgo la seguridad y la eficiencia del sistema”. Por otro lado, “se ha incrementado el tiempo de inactividad y la carga de trabajo debido a la necesidad de corregir estos errores”, apunta.

Corrección de errores

Para la instalación vista en la primera imagen, “el primer paso es sustituir el servomotor de la válvula por uno nuevo y conectarlo de manera correcta al sistema de control”. Con esto, se podrá recuperar el control automático del caudal y la temperatura, restableciendo la eficiencia del equipo.

Con respecto a la caja de conexiones eléctricas, indica que “es imprescindible realizar una revisión completa, saneando todos los cables sueldos y mal cortados”. Para ello, se deberán utilizar terminales adecuados y es necesario asegurarse de que los conductores están correctamente conectados y protegidos, respetando las normativas vigentes de seguridad eléctrica. “Una vez hecho esto, se podrá proceder con el montaje correcto del servomotor de la compuerta, tras haber sido reparado o reemplazado si fuera necesario”, sostiene.

Por último, en lo que refiere a los cables de alimentación, deben ser “entubados correctamente“. Para esto, es necesario utilizar un tubo corrugado o conducto adecuado que permita proteger los unifilares que se han empleado. “Es crucial que los cables pasen a través de un racor apropiado en el armario de control, garantizando una protección total contra agentes externos y evitando el riesgo de daños mecánicos o eléctricos en el futuro”, concluye.

Algunas recomendaciones

Manuel Regueiro realiza, para finalizar, algunas recomendaciones que no sólo contribuirá a solucionar el problema actual, sino que también plantea medidas en el medio y largo plazo. Para evitar que situaciones similares se repitan en el futuro, “asegurando estabilidad y eficiencia del sistema”, se puede contemplar:

  • Implementar un plan de mantenimiento preventivo que incluya inspecciones periódicas de los servomotores, conexiones eléctricas y protección de los conductores. Esto garantizará que futuros problemas sean detectados antes de que generen fallos importantes.
  • Asegurarse de que todo el trabajo eléctrico sea realizado por personal cualificado, utilizando materiales certificados y cumpliendo con las normativas de instalación eléctrica y seguridad.
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