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Entra en vigor el nuevo etiquetado energético para productos de iluminación

Desde este miércoles, 1 de septiembre, las bombillas y otros productos de iluminación se clasificarán según la escala que va desde la A (máxima eficiencia) a la G. Los puntos de venta físicos podrán seguir vendiendo sus existencias con la antigua etiqueta durante 18 meses, mientras que las tiendas online deben adaptar su etiquetado en los próximos 14 días laborables.

Este miércoles, 1 de septiembre, ha entrado en vigor el nuevo etiquetado energético para bombillas y otros productos de iluminación. El cambio más importante es la vuelta a la escala A-G, una vez se había comprobado que las etiquetas A+ y A++ habían causado cierta confusión entre los consumidores, ya que los ‘+’ no dejaban tan claro qué producto era el más eficiente.

Tal y como explican desde Antonio López Garrido, ALG, como resultado de este reescalado, las luminarias más eficientes (que antes pertenecían a la clase A++) quedarán ahora asignadas como mucho a la clase B, quedando el segmento A inicialmente desierto, con el objetivo de dejar espacio para los productos más eficientes que gradualmente vayan entrando en el mercado.

Además, las nuevas etiquetas incluirán varios elementos nuevos, entre ellos un código QR que enlaza con una base de datos de toda la Unión Europea que permite a los consumidores consultar más detalles sobre el producto.

Periodo transitorio y actualización del etiquetado

La nueva normativa prevé que las tiendas físicas puedan seguir vendiendo sus existencias almacenadas con el antiguo etiquetado durante un periodo de 18 meses, mientras que los portales online tendrán un plazo de 14 días laborables desde este 1 de septiembre para adaptar las etiquetas de sus productos.

Por otro lado, cabe reseñar que el nuevo etiquetado evolucionará al ritmo que lo haga el mercado. Así, esta nueva escala será revisada cuando el 30 % de los productos del mercado comunitario reciban la máxima clasificación (A), o cuando el 50 % esté clasificado en las franjas A y B, con el objetivo de asegurar la utilidad de las etiquetas energéticas.

“Nuestras lámparas y otros productos de iluminación se han vuelto mucho más eficientes en los últimos años, hasta el punto de que más de la mitad de los led se encuentran ahora en la clase A++. La actualización de las etiquetas facilitará a los consumidores la tarea de ver cuáles son los productos ’mejores de su clase’, lo que a su vez les ayudará a ahorrar energía y dinero en sus facturas“, afirmó Kadri Simson, Comisario de Energía de la UE.

nuevo etiquetado

Comparativa entre el antiguo etiquetado y el nuevo. Fuente: ALG.

Principales diferencias con el antiguo etiquetado

“Una de las principales diferencias entre la nueva normativa y la antigua -explican desde ALG- es que el nuevo reglamento elimina la etiqueta energética específica para las luminarias establecida en la anterior norma”.

Así, el nuevo sistema de etiquetado distingue entre producto continente o fuente de luz. “Por lo general, una luminaria es un producto continente que contiene una o varias fuentes luminosas. Pero si una luminaria no puede desmontarse fácilmente para la verificación de la fuente luminosa y su mecanismo de control, se considerará todo el conjunto como fuente de luz y, por tanto, deberá incorporar la etiqueta energética“, aclaran desde Antonio López Garrido.

“Por el contrario -continúan-, toda luminaria considerada producto continente, estará exenta del nuevo etiquetado, pero tendrá que ofrecer instrucciones precisas de su desmontaje. A su vez, la fuente de luz que incorpore este producto continente deberá tener su propio marcado y clasificación energética. La clase energética de esta fuente de luz también deberá venir indicada en el embalaje de la luminaria, mediante la frase: Esta luminaria incorpora una fuente de luz de clase X”, señalan.

Evolución del mercado led

La tecnología led ha crecido exponencialmente en los últimos años en la UE. Según datos de la propia Unión Europea, el continente ha pasado del 0 % de luminarias led vendidas en 2008 al 22 % en 2015 y la eficiencia energética media de estos productos se multiplicó por cuatro entre 2009 y 2015. Además, los precios bajaron considerablemente: si comparamos 2017 con 2010, el precio de la lámpara led tradicional para uso doméstico se redujo un 75 %.

Otro factor que ha mejorado ostensiblemente en los últimos años es la vida útil de estas luminarias. En este caso, el hogar medio europeo compró 7 fuentes de luz en el año 2010, 4 el pasado año y se prevé que esta cifra se reduzca a menos de una al año en 2030. Esta mejora en la vida útil, sumada al aumento de la eficiencia, permitirá ahorrar 7 millones de toneladas de CO2 al año de aquí a 2030.

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