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Rafael Barón fallece

Fallece Rafael Barón, referencia hispanoamericana del sector de iluminación

Por C de Comunicación

*Alfredo Berges Valdecantos, director general de ANFALUM y presidente de la Asociación Española de Normalización UNE, ha querido realizar este obituario sobre el fallecimiento de Rafael Barón, miembro fundador de ANFALUM.

El pasado 21 de septiembre nos dejó Rafael Barón, una figura destacada del sector de la iluminación.

Rafael había nacido en 1942, era ingeniero industrial por la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Industriales de Madrid, completando su formación en iluminación en la Universidad de Lieja.

Profesionalmente, fue director general de Schréder-Socelec en España y desde esta posición proyectó el desarrollo de la sociedad en Hispanoamérica llegando a ser presidente del Grupo para Hispanoamérica.

En el ámbito corporativo fue miembro fundador de ANFALUM (Asociación Española de Fabricantes de Iluminación) alcanzando la presidencia y ostentando el puesto durante varios mandatos en los que se vinculó muy activamente en su desarrollo y expansión.

Rafael formó parte del grupo de asociaciones que constituyeron inicialmente CELMA y posteriormente Lighting Europe, donde alcanzó la presidencia en dos ocasiones cuando era presidente de ANFALUM.

En el ámbito del medio ambiente, y más concretamente en el sector del reciclado, Rafael Barón fue fundador de ECOLUM y posteriormente ostentó la presidencia de la Fundación.

Prueba de esta vocación internacional es su presencia en los grupos de expertos de la Comission Internationale de L’Eclairage e impulsor de Luz Europa.

Su vocación y pasión por el mundo asociativo y corporativo en general, le llevó a presidir Sercobe (Asociación Española de Fabricación de Bienes de Equipo), desempeñando la vicepresidencia del Comité Español de Iluminación y la vicepresidencia de Confemetal entre otros.

Vida personal y familiar de Rafael Barón

Pero todo el currículum profesional no se puede separar de su vida personal y familiar, y, en este sentido transcribo literalmente un texto que he solicitado a su familia:

Hace algo menos de un mes se nos fue mi padre sin avisar. Fue como él habría querido: rápido, sin sufrir y sin molestar; pero dejándonos un gran vacío.

Estamos aprendiendo a vivir sin él reconociendo lo que de él sigue viviendo en nosotros. Me doy cuenta ahora de que casi todo lo que soy y lo que pienso lo adquirí de él, de su constancia, de su búsqueda continua de nuevos retos, de su inquietud intelectual, de su sentido de la responsabilidad y de su capacidad para disfrutar de la vida. Aprendí a pensar por mí mismo y a buscar siempre puntos de acuerdo con los que piensan distinto, a no dejarme influenciar por la última tendencia, a identificar lo que es importante de entre todo el ruido, a que ser fuerte implica ocuparse de los que lo tienen más difícil y a que la educación y el respeto son innegociables.

Y siempre estaba ahí su pasión eterna por la ingeniería. Esa necesidad de entender por qué y cómo funcionan las cosas. Soy, sin duda, mucho menos ingeniero que él… Y de Caminos.

Me vienen ahora a la memoria algunos momentos casi aleatorios de nuestras vidas juntos; esa expresión de ternura cuando hablaba con sus nietas, una conversación casual de hace pocas semanas (“estoy leyendo una novela de Émile Zola”), o aquellos días de ventisca en los que sólo nosotros salíamos a las pistas. “¿Podemos subir?” preguntaba él, “usted verá…” contestaba el operario del telesilla. Y allí nos íbamos.

Tras conocer a mi padre, un buen amigo me dijo “ahora lo entiendo todo, él es Batman y tú eres Robin”. Así es como me siento, como Robin sin Batman.

Carmen y las nietas han añadido esto de parte de todo el mundo: “Aquí se queda un pedacito de ti en cada uno de nosotros, que nos despedimos con la mayor de las tristezas, pero con la felicidad y gratitud de haber compartido todos esos momentos a tu lado. Te queremos”.

Es difícil despedir y hablar de alguien que es más que un amigo y con el que has compartido y aprendido tanto a nivel profesional, pero sobre todo a nivel personal.

Nos ha dejado Rafael Barón muy pronto cuando todavía nos quedaba disfrutar de su persona, de sus conocimientos, de sus comentarios en el chat que teníamos…

Con la tristeza de perder a un amigo, nos queda el recuerdo de un hombre esencialmente bueno.

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