La CNMC reconoce que, aunque la concentración implica que Sonepar alcance elevadas cuotas de mercado en algunas regiones, hay varios factores que “mitigan el riesgo”. Entre ellos, menciona la existencia de otros grandes distribuidores de material eléctrico y la “presión competitiva” que ejercen otros agentes como los minoristas del bricolaje y las tiendas online.
El visto bueno de Competencia era el mayor escollo al que se enfrentaba la adquisición de Rexel España y Portugal por parte de Sonepar. Una vez que la CNMC autorizó la operación, el pasado 26 de octubre, aunque este extremo se hizo público este miércoles, 9 de noviembre, ahora se han conocido los argumentos de Competencia que motivaron su decisión.
En este sentido, la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) señala que la operación “afecta al sector de la distribución de material eléctrico para clientes profesionales” y reconoce que la concentración reforzará la posición de Sonepar, que alcanzará cuotas de mercado “elevadas” en ciertos mercados a nivel regional y local. Sin embargo, explica, hay varios factores que mitigan el riesgo de concentración de negocio excesiva por parte del distribuidor galo.
Los seis argumentos de Competencia
En primer lugar, la CNMC apunta a la presencia de “otros grandes distribuidores de material eléctrico que operan tanto a nivel nacional como regional, también en aquellas comunidades autónomas donde la cuota resultante es más elevada”, explica.
En segundo lugar, la CNMC remarca que las condiciones de competencia son homogéneas en todo el territorio nacional, pues los catálogos y precios de los productos, así como las estrategias de comercialización de los mismos, se definen a escala nacional y no por mercados regionales o locales donde, en algunos casos, sí podría tener un papel dominante Sonepar.
La tercera razón que expone Competencia es que la operación no supone costes de cambio ni barreras de entrada relevantes al sector. Además, y en cuarto lugar, apunta al “poder compensador” de la demanda que tienen los grandes clientes del sector.
Por otra parte, la CNMC considera que los fabricantes, los minoristas del bricolaje y los operadores online también ejercen una “presión competitiva” tanto a nivel de precio como de condiciones comerciales y de entrega que hace que puedan actuar como “proveedores alternativos de los clientes profesionales”.
Por último, respecto a posibles solapamientos verticales (es decir, respecto al impacto de la operación en la cadena de valor del sector), Competencia “descarta” que puedan producirse efectos restrictivos “por la importancia para los distribuidores mayoristas de contar con un amplio surtido, por la limitada diferenciación de los productos, por la facilidad de acceso a diferentes fuentes de suministro y por la presencia de otros competidores relevantes en el mercado”.