El distribuidor y el Banco Central Europeo coinciden en apuntar que la crisis de suministros perdurará en 2022 y, al menos, durante una parte de 2023. Entre los factores determinantes para el presente ejercicio, Amara destaca la sostenibilidad ambiental, el e-commerce, la nube, la disponibilidad de materias primas y el precio de los contenedores, que seguirá siendo alto.
El Banco Central Europeo (BCE) asume que el tráfico de mercancías seguirá colapsado durante 2022 por la falta de semiconductores, la congestión de algunos puertos de contenedores europeos y las restricciones y confinamientos derivados de la pandemia que todavía afectan a algunas zonas del continente asiático.
Es más, en un artículo de su último boletín económico, el BCE señala que los empresarios a los que ha consultado en las últimas semanas dan por hecho que en 2023 perdurarán los problemas de suministro por la falta de buques y la escasez de conductores. En esta línea, el Banco Central Europeo señala que estos problemas frenaron en medio punto el crecimiento del PIB de la zona euro durante 2021.
Desde Amara, especialista en la distribución de materiales para el sector energético, recurren a la terminología empleada por algunos expertos para definir el contexto actual. Según estos especialistas, la pandemia ha sido un ‘cisne negro’ para la economía mundial; es decir, un suceso repentino y de gran impacto que ha causado disrupciones en los mercados y en la cadena de suministro.
“Todo parece indicar que este escenario continuará durante 2022 y no comenzará a remitir hasta 2023“, afirman desde el distribuidor, en la misma línea de las previsiones del BCE. Por ello, desde la compañía han analizado los diez factores que consideran “determinantes” para la cadena de suministro en 2022.
Los diez factores determinantes
En primer lugar, desde Amara apuntan que la sostenibilidad ambiental es una exigencia que irá creciendo y a la que habrá que dar respuesta tanto mediante prácticas corporativas como a través de medios más sostenibles (camiones eléctricos, almacenes más respetuosos con el medio ambiente, etc.).
Por otro lado, el comercio electrónico y la tecnología en la nube seguirán ganando peso en un contexto en el que la disponibilidad de materiales seguirá siendo clave y estará condicionada por la escasez de materias primas y semiconductores. “Esto afectará al precio de los suministros, que se mantendrá alto e, incluso, registrará nuevas subidas”, afirma Alberto Ocaña, Key Account Manager de Servicios y Logística en Amara.
En el mismo sentido, Ocaña reconoce que los costes del transporte marítimo “pueden haber alcanzado el pico“, aunque seguirán en niveles altos durante 2022. Como efectos secundarios de todo lo anterior, inflación y relocalización. Ambas tendencias serán acusadas en los próximos meses, según el especialista de Amara.
Otros factores que serán “determinantes” son las decisiones políticas de cada país en relación con la transición energética, que afectarán a las medidas de las compañías a corto plazo, y la disponibilidad de mano de obra especializada, especialmente en el ámbito logístico.
Desde Amara reconocen que seguirá habiendo picos de temporada “críticos” en lo que la gestión portuaria se refiere y prevén que la automatización de los almacenes se duplique para 2025, lo que contribuirá a facilitar las entregas.
Sin embargo, y para terminar, desde el distribuidor recuerdan que “son las personas las que marcan las diferencias” y recalcan la necesidad de seguir trabajando en las relaciones con clientes, proveedores y empleados, a través de estrategias colaborativas que permitan obtener una ventaja competitiva.
