La asociación de Distribuidores de Material Eléctrico ha publicado la tercera edición de su Libro Blanco donde ofrece un análisis práctico del canal de la distribución, un mercado que facturó cerca de 4.900 millones de euros en 2019.
El canal de la distribución de material eléctrico está viéndose afectado por diferentes tendencias, enfrenta amenazas y aborda las oportunidades para su futuro. En el Libro Blanco 2020 de ADIME se analiza cómo las empresas del sector están afrontando estos retos y se identifican las prácticas que están detrás de los mejores resultados del sector.
Un mercado que, según refleja esta obra, alcanzó un volumen de ventas de 4.890 millones de euros en 2019, con un crecimiento del 6,3 % (4.598 millones en 2018), y que encara el final de este convulso 2020 con un descenso acumulado del negocio en torno al -10 %, según se ha desprendido de la última encuesta realizada por la Asociación de Distribuidores de Material Eléctrico recientemente.
Además, el Libro Blanco 2020 aporta información actualizada sobre las cuentas y balances tipo, los perfiles y expectativas de los diferentes segmentos de clientes, entre otros muchos datos. Y como novedad respecto a ediciones anteriores, en esta versión se incorporan diversos talleres para que el lector aplique los contenidos a su empresa, explican desde la Asociación.
Detalles en los que se basa parte del trabajo de uno de los talleres realizados para el Libro Blanco 2020 de ADIME.
En este sentido, el tamaño de la organización empresarial es un aspecto importante, se reseña en esta tercera edición del Libro Blanco, ya que las empresas con una facturación superior a 50 millones de euros cuentan con una cuota de mercado del 29,4 %. A partir de ahí, las compañías con un volumen de negocio entre 20 y 50 millones de euros ocupan el 25,9 %; mientras que la firmas entre 5 y 20 millones de euros de ventas suponen una participación de mercado del 27,4 %.
Oportunidades y percepción del cliente
Los marketplace de comercio electrónico y los grandes operadores del sector de bricolaje constituyen dos amenazas relevantes para el sector de la distribución. No obstante, las empresas distribuidoras trabajan en un ámbito con numerosas oportunidades: desde la mejora tecnológica de los edificios, que deben orientarse al consumo energético cero, o las energías renovables y la movilidad eléctrica, hasta las soluciones para la Smart City (ciudades sostenibles) y las Smart Grids, con la digitalización y modernización de las redes con tendencia hacia la generación distribuida, entre otros ámbitos.
La satisfacción y percepción del cliente (cuyo perfil mayoritario son las empresas instaladoras), analizadas por las firmas distribuidoras, ofrece conclusiones interesantes: el precio es importante pero no lo es todo; valores como la resolución de problemas técnicos, la disponibilidad inmediata de producto, el transporte de materiales o la financiación ganan terreno y son muy apreciados, junto a un aspecto sorprendente: la sintonía personal.
