Las baterías de electrolito sólido aparecerán en algunos coches a finales de este año, pero se prevé que se desplegarán a gran escala en 2030.
Según afirman desde Segula Technologies, las baterías de estado sólido son una de las tecnologías más prometedoras para la movilidad eléctrica y comenzarán a desplegarse a gran escala en los próximos cinco años. De este modo, permitirán una autonomía de hasta 1.000 kilómetros y tiempo de carga inferiores a los diez minutos. Asimismo, explican que aunque algunos modelos comenzarán a incorporar esta tecnología a finales del presente 2025, su implantación masiva se prevé para 2030.
Las baterías de estado sólido, un impulso a la movilidad eléctrica
Actualmente, el parque automovilístico español cuenta con unos 180.000 vehículos 100 % eléctricos, en un país donde la antigüedad media de los vehículos alcanza los 13,5 años. La autonomía, el tiempo de carga y el precio siguen siendo los principales obstáculos para los consumidores. Atendiendo a este contexto, las baterías de electrolito sólido podrían suponer un impulso decisivo al resolver retos.
Así lo traslada el experto en baterías del grupo global de Segula Technologies Laurent Martin, quien indica que “las baterías de estado sólido estarán particularmente bien posicionadas en este mercado y se espera que aparezcan a finales de este año. Sin embargo, este tipo de baterías comenzarán a desplegarse a gran escala dentro de 5 a 10 años”.
Según resalta, estas baterías permitirán pasar del 10 % al 80 % de carga en apenas seis minutos. No obstante, su desarrollo aún enfrenta importantes desafíos, como son la industrialización, las microgrietas y el alto coste de producción.
Tres tecnologías
La ingeniera de la sede española de la compañía, Mariany De Jesús Chávez Cobo, destaca que estos retos están siendo abordados actualmente por las empresas del sector, con vistas a consolidar una tecnología más fiable, duradera y asequible.
Para superar estos háncicaps, el mercado se estructurará en torno a tres tecnologías: baterías de estado sólido de alto rendimiento para vehículos de alta gama basadas en litio metal o litio azufre, baterías convencionales de tipo LFP para el mercado masivo; y una opción de bajo coste con iones de sodio, orientada a vehículos pequeños y urbanos. Tal y como indica Chávez Cobo, todas ellas ofrecen seguridad y carga rápida, aunque se diferencian en precio, densidad energética y autonomía.
Por último, la firma explica que el impulso a esta innovación se enmarca dentro del esfuerzo del sector por avanzar hacia una movilidad más sostenible. En España, el sector del transporte y la movilidad representa el 4,4 % del PIB y cuenta con unas 218.000 empresas. Gracias a la transformación de estas compañías, las emisiones de CO₂ se han reducido un 6,4 % respecto a 1990, en línea con los objetivos de la Agenda ODS 2030 y la descarbonización total para 2050.