Otros subsectores de la industria del cable también han incrementado su negocio, como media tensión o cables de uso industrial, conformando la tendencia positiva registrada en 2015.
El sector del cable registró una evolución positiva en el pasado ejercicio, consolidando el cambio de ciclo que ya se apreció en 2014, según los datos de FACEL (Asociación Española de Fabricantes de Cables y Conductores Eléctricos y de Fibra Óptica), presentados en su asamblea general, el pasado 19 de abril en Barcelona. Así, el ámbito de los cables de distribución de energía notó una mayor actividad durante el primer semestre del año pasado, principalmente en cables de baja tensión de aluminio, cerrándose el ejercicio 2015 con un incremento medio del 4,6% en volumen y una facturació de 408,4 millones de euros.
No obstante, señala Manuel Guerrero, presidente de FACEL, “sigue nuestra preocupación ante la reticencia de las compañías eléctricas a asumir cierto contenido cualitativo que exigen las especificaciones de la marca AENOR. Ello también es extrapolable al mercado de accesorios de media tensión, muy dependiente de las estrategias de las citadas eléctricas”. Pese a ello, el segmento de media tensión ha aumentado casi el 13% de la cifra de negocio al cierre del 2015.
Asimismo, el mercado doméstico de cables de uso industrial de cobre cerró el año pasado con un crecimiento medio del 4,8% en volumen y algo más en cifra de negocio, “pese a ciertas oscilaciones de coste de su principal materia prima metálica”, apunta Guerrero.
Diversificar mercados y apostar por la exportación sigue siendo clave, apuntan desde FACEL. Esta actividad, desarrollada desde hace años por las empresas integradas en la asociación, ha experimentado una caída del 10% en 2015, a pesar de lo cual actualmente un elevado porcentaje de la producción de los fabricantes españoles de cables se destina a la exportación, entre un 55 y un 70%, según los segmentos de mercado. Europa, Latinoamérica y el Próximo y Medio Oriente se mantienen como los principales compradores.
