Hablamos con Carlos López Jimeno, quien nos explica algunas de las actuaciones de su departamento en materia de rehabilitación y la necesidad de apostar por políticas de eficiencia energética.
La redacción de Cuadernos
de Material Eléctrico conversó con Carlos López Jimeno, director general de
Industria, Energía y Minas de la Comunidad de Madrid, a raíz de la reciente aprobación
de una serie de normas relacionadas con la eficiencia energética, la más
importante de ellas el Real Decreto
235/2013, de 5 de abril, por el que se regula el procedimiento básico para
la certificación energética de los edificios. López Jimeno repasó algunas de las actuaciones de su
departamento para impulsar la eficiencia y reducir la dependencia energética.
El responsable de Industria de la Comunidad de Madrid mostró
su satisfacción en este sentido, ya que “la comunidad ha logrado poner en
marcha el día 1 de junio, a las 7.30 h de la mañana, la aplicación informática
a través de la cual se presentan las solicitudes de certificados para otorgar
las etiquetas energéticas”; el día 18 de julio, fecha en que se realizó la
entrevista, se habían presentado 20.500 certificados energéticos, “lo cual
supone que, en apenas mes y medio, se ha desarrollado una actividad frenética
por parte de diversos colectivos profesionales implicados. Además, la realidad
es que los colegios de arquitectos, ingenieros y aparejadores han hecho un gran
esfuerzo en la puesta al día de sus colegiados”.
Superando las
expectativas
“Estamos verdaderamente sorprendidos porque nuestra
previsión es que a medio plazo se presentaran entre 40.000 y 50.000
certificados al año, y a día de hoy, en mes y medio, ya contamos con más de
20.000. Esto no significa que se mantenga ese mismo ritmo en los próximos
meses, sino que se llegará a tocar techo y, a partir de ese momento, se seguirán
presentando, pero a un ritmo menor”, detalla el entrevistado.
“Dado que el certificado es un diagnóstico de cómo están
nuestras viviendas y edificios desde el punto de vista energético y que propone
una serie de recomendaciones de mejora, es de esperar que sea el punto de
arranque de todo un procedimiento de
rehabilitación energética en los inmuebles, traducido en la aplicación de medidas
pasivas y de medidas activas”. Las primeras se dirigen a actuar en la mejora de
la envolvente y del aislamiento, incluyendo las ventanas (la epidermis del
edificio), mientras que las activas intervienen en las instalaciones de calefacción,
eléctricas, e iluminación, entre otras.
Entrevista completa en el número 3 de Cuadernos de Material Eléctrico.
