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Eficiencia energética en viviendas

Eficiencia energética en viviendas: cómo influye la instalación eléctrica

Por C de Comunicación

Los últimos años han demostrado más que nunca que el cambio en el mundo puede y debe empezar desde nuestros hogares. Los edificios son responsables de aproximadamente el 40 % del consumo de energía de la UE, más de la mitad del consumo de gas de la UE (principalmente a través de la calefacción, la refrigeración y el agua caliente sanitaria), lo que resalta la importancia de mejorar la eficiencia energética. Además, representan el 35% de las emisiones de gases de efecto invernadero relacionadas con la energía. 

En España, con un parque inmobiliario especialmente envejecido, cuatro de cada cinco edificios en nuestro país son ineficientes energéticamente, según el IDAE. Una cifra que choca directamente con los objetivos Cero Neto que nos hemos marcado en España para 2050 y que además dificulta el cumplimiento de la nueva Directiva relativa a la eficiencia energética de los edificios. Esta normativa establece objetivos ambiciosos para reducir el consumo global de energía de los edificios en toda la UE. La tendencia está clara: los hogares deberán ser cada vez más sostenibles, y para ello deberán ser más digitales y más eléctricos. 

¿Por qué la eficiencia energética en viviendas es importante?

Las viviendas representan alrededor del 30 % del consumo energético total en muchos países. Este uso intensivo de energía proviene de actividades diarias como la iluminación, climatización, calefacción de agua y el funcionamiento de electrodomésticos. Cuando estas necesidades se gestionan de manera ineficiente, el impacto es doble: las facturas aumentan y las emisiones de gases de efecto invernadero se disparan. 

Sin embargo, una vivienda eficiente no solo es una respuesta a la crisis climática, sino que también aporta beneficios tangibles para los propietarios. Una instalación eléctrica optimizada permite reducir el consumo energético sin comprometer el confort, mientras que las mejoras en eficiencia energética pueden incrementar el valor de la propiedad. 

Dicho de otra forma, la instalación eléctrica es la columna vertebral de cualquier estrategia de eficiencia energética en una vivienda. Su diseño y los equipos utilizados tienen un impacto directo en la cantidad de energía que se consume, se desperdicia o incluso se genera. 

Eficiencia Energética, Digitalización y Electrificación

La respuesta al hogar del futuro pasa por tres atributos clave. Los cambios deben pivotar alrededor de la eficiencia energética, la digitalización y la electrificación

No pasará mucho tiempo para que los hogares totalmente electrificados sean la nueva normalidad. Habrá más paneles solares en los tejados, más coches eléctricos, las calderas se sustituirán por bombas de calor y los calentadores de agua por gas se sustituirán por calentadores de agua con bomba de calor. 

La demanda de la energía en los hogares ha crecido considerablemente a medida que también usamos muchos más dispositivos electrónicos: trabajamos mucho más en casa y por lo tanto usamos nuestros ordenadores durante horas; más consolas de videojuegos; aires acondicionados… 

¿Qué tecnologías conviene implementar por su coste/amortización? Y ¿cuáles son las intervenciones con más potencial de eficiencia energética? Lo que se suele hacer es mejorar la envolvente del hogar, pero hay amplios márgenes de mejora en la calefacción eléctrica -mucho más eficiente- y en la digitalización de los hogares. Una digitalización fundamental, porque permite visibilizar los consumos y, en consecuencia, nos permite decidir dónde podemos reducir el consumo, sin renunciar al confort. 

Una de las principales ventajas de la digitalización de edificios es que permite gestionar la energía de manera activa y optimizarla en función de los diferentes sistemas que actúan en un edificio. Saber dónde y cómo se consume la energía en un edificio para hacer la energía más eficiente. Electrificar la generación de calor, por ejemplo, sustituir calderas de gas por bombas de calor, también reduciría el consumo y las emisiones. Se calcula que las tecnologías actuales podrían electrificar el 90 % de la generación de calor en edificios. 

Para lograr la electrificación de los edificios, es necesario implementar sensores y sistemas de gestión de edificios que hagan visible lo invisible, impulsando la eficiencia y eliminando el desperdicio energético. 

Los sensores inteligentes y conectados aportan datos, y estos a su vez se analizan a través de sistemas y softwares estratégicos que aportan información de valor. Con esta información, las redes pueden conocer su comportamiento, y esto les permite tomar decisiones, como por ejemplo automatizar o reducir, para ser más eficientes y reducir el despilfarro energético. Digitalizando podemos tener una gestión energética más eficiente.

El objetivo es conseguir saber dónde, por qué y cuándo consumimos, y qué hacer para reducirlo. No podemos mejorar lo que no conocemos, ni reducir lo que no medimos. 

Un ejemplo de instalación eficiente: el proyecto Tres Peces 

La Empresa Municipal de la Vivienda y Suelo (EMVS) de Madrid, en colaboración con Desner Sistemas, empresa partner EcoXpert de Schneider Electric, ha liderado la renovación de la comunidad residencial Tres Peces en el corazón de Lavapiés. Este proyecto se enmarca en el Proyecto Europeo de innovación SUNHORIZON, cuyo objetivo es optimizar la energía para calefacción, refrigeración y agua caliente sanitaria, mediante el acoplamiento y optimización de soluciones innovadoras de bombas de calor con tecnologías avanzadas de captación solar. 

Implementando el sistema BMS de Schneider Electric, EcoStruxure Building Operation, y los algoritmos y programación personalizada de Desner, se logró un excepcional ahorro energético del 75 % para la comunidad Tres Peces. Este caso demuestra que la eficiencia energética no es una magia reservada para unos pocos, sino una tecnología accesible y económicamente viable. 

Eficiencia energética en instalaciones eléctricas: las claves 

1. Diseño inteligente del sistema eléctrico 

Un diseño bien planificado permite aprovechar al máximo la energía. Esto incluye la correcta distribución de circuitos, la elección de materiales adecuados y la integración de sistemas de gestión energética, como paneles inteligentes o dispositivos IoT que monitorean el consumo en tiempo real. 

2. Eficiencia en iluminación 

La iluminación representa una porción significativa del consumo energético en los hogares. La instalación de controladores y sensores no solo reduce el uso de electricidad, sino que también mejora la vida útil de los sistemas de iluminación. 

3. Integración de energías renovables 

Las instalaciones modernas permiten la conexión de paneles solares, sistemas de almacenamiento de baterías y otras fuentes de energía renovable. La incorporación de estas tecnologías transforma la vivienda en un espacio más autónomo y respetuoso con el medio ambiente. 

4. Automatización y domótica 

La domótica aplicada al consumo energético es otro pilar fundamental. Termostatos inteligentes, interruptores programables y sistemas que

automatizan el uso y funcionamiento de los dispositivos ayudan a evitar el desperdicio energético y optimizan el consumo según las necesidades reales del hogar. 

Invertir en un sistema eléctrico moderno y bien diseñado no solo proporciona un ahorro económico a largo plazo, sino que también abre la puerta a un estilo de vida más sostenible y consciente con el medio ambiente. 

Transformar nuestras viviendas en espacios eficientes y resilientes es un paso fundamental hacia un futuro energético más equilibrado. Y la instalación eléctrica está llamada a liderar ese cambio.

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