En este encuentro, patrocinado por Schneider Electric, se concluyó que se ha banalizado mucho el certificado energético, que está perdiendo su valor, y se habló de la subida del coste de la parte fija de la factura eléctrica como una medida perniciosa.
La certificación
energética de viviendas y edificios, tras casi un año desde la entrada en
vigor de la nueva legislación, constituyó uno de los aspectos más comentados en
la mesa redonda organizada por Cuadernos de Material Eléctrico el pasado 25 de marzo en Madrid, acto que estuvo
patrocinado por la compañía Schneider Electric. La docena de directivos de entidades sectoriales y empresas que
participaron en este encuentro hicieron hincapié en el “mini boom” que se ha experimentado
en esta actividad, donde se siguen produciendo numerosas situaciones
irregulares: se ha generado una especie de mercado de “todo a 100” en el certificado
energético, que está contribuyendo a la escasa valoración de la labor del
profesional.
En este escenario de confusión, incluso organizaciones de
consumidores banalizan este certificado energético (“no hace falta que el
técnico competente visite la vivienda”) e incluso se ven pujas y subastas por Internet,
por lo que se reclamó una mayor colaboración entre colegios profesionales y
asociaciones para combatir estas actuaciones, denunciar las irregularidades y
generar confianza. Se habló de cierta desidia por parte de la Administración a
la hora de acometer inspecciones y aplicar sanciones.
Varios de los ponentes señalaron que la instalación eléctrica tiene poco peso en la certificación
energética del sector residencial (aunque bastante más en el terciario), pero,
sin embargo, es el área donde es más sencillo obtener resultados inmediatos,
sea con la iluminación o con sistemas de gestión inteligentes. Pero frente a
ello, la reciente aprobación por parte del Gobierno de la subida del coste de la parte fija del recibo de la luz (la potencia
contratada) penaliza enormemente cualquier medida de eficiencia energética.
Por contra, se citaron también otros aspectos positivos en
el sector, como los cambios efectuados en el CTE (Código Técnico de la Edificación) o la intensa formación que
han recibido los colectivos profesionales implicados.
Cabe recordar que los participantes en esta mesa redonda
fueron: Manuel Esteban-Infantes, director de desarrollo de negocio de Sonepar Ibérica; Alejandro Fernández de
Mera, representante de A3e
(Asociación de Empresas de Eficiencia Energética); Alberto Aceña, gerente de ANERR (Asociación de Empresas de
Rehabilitación y Reforma); Juan Carlos Gil, miembro de AEDIP (Asociación Española de Dirección Integrada de Proyecto); Ángel
Bonet, presidente de APIEM
(Asociación de instaladores de Madrid); Ángel Iglesias, presidente de ADEPA (Asociación de instaladores de Ávila);
Juan Carlos Gil, miembro de AEDIP
(Asociación Española de Dirección Integrada de Proyecto); Juan José Catalán,
representante de ASELEC ((Asociación
de instaladores de Valencia); Pilar Pereda, secretario de COAM (Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid); Miguel Ángel
Muñoz, vicepresidente segundo de CGCAFE
(Consejo General de Colegios de Administradores de Fincas de España) y
presidente del colegio de Madrid; Juan José Cruz, vocal de la junta ejecutiva
de COGITI (Consejo General de la
Ingeniería Técnica Industrial) y decano del colegio oficial de Guadalajara; Juan
Blanco Lino, secretario técnico de CGCOII
(Consejo General de Colegios Oficiales de Ingenieros Industriales); y Luis
Miguel Bermúdez, gerente de la firma CertificaTE
Madrid.
