El sector eléctrico ha vuelto a sacudirse con la legislación aprobada por el Gobierno a finales de 2013, junto a otras medidas anunciadas recientemente. Javier García Breva, revisa para la redacción las claves de esta reforma energética, “cortoplacista”.
Como han venido a resumir varios medios informativos, la
reforma del sector eléctrico en España se traduce en dar un paso adelante y
varios pasos hacia atrás.
Contradicciones, incongruencias y bandazos presiden la mayor parte de las
decisiones del actual Gobierno, cuyas consecuencias suelen impactar en el
bolsillo de los ciudadanos y la cuenta de resultados de las empresas. La
redacción de Cuadernos de Material Eléctrico conversó con Javier García Breva,
presidente de N2E (Coalición empresarial para un Nuevo Modelo de Negocio
Energético) y experto en políticas energéticas, para arrojar algo de luz en
este enmarañado sector.
Reforma cortoplacista
y recaudatoria
“La Ley del Sector Eléctrico sólo tiene un objetivo: garantizar los ingresos del sistema
eléctrico, es decir, equilibrar cada año los costes con los ingresos del sistema
eléctrico con el fin último de atajar el problema del déficit de tarifa”,
afirma García Breva. Esta ley se basaría en tres aspectos básicos:
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Primero: se fija un mecanismo en el que se
tienen que subir automáticamente los peajes siempre que los ingresos no
alcancen a cubrir los costes.
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Segundo: define un sistema en el que los
Presupuestos Generales del Estado asumen una parte de los costes del sistema
eléctrico.
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Y tercero: impide a toda costa que el consumidor
pueda ahorrar energía. “Esto no se dice expresamente, pero se desvela en los
reales decretos que han ido aprobándose”.
“En mi opinión, la
reforma eléctrica es cortoplacista; es una reforma recaudatoria, que no trata
de cambiar el modelo o el sistema eléctrico, sino que busca simplemente
garantizar los ingresos de éste”, reitera.
Un ejemplo de esta visión a corto plazo, según García Breva,
es la orden ministerial que, al cierre de la edición, estaba aún sometida a
información: lo primero que ha fijado el Gobierno es el objetivo de recorte
(1.750 millones de euros a las energías renovables), y a partir de ahí “se
monta toda una compleja maraña de cálculos de todo tipo para que el resultado
sea el que se había marcado al principio; una clara fórmula de intervencionismo que no va a funcionar”.
Sin embargo, esta legislación no va a impedir que el recibo
de la luz siga subiendo y que aumente el déficit de tarifa. Además, dice el
entrevistado, no ha abordado dos problemas fundamentales: el método de
conformación de precios en el mercado mayorista y la subasta en la CESUR. “La
conclusión es que el diagnóstico que había hecho el ministerio está totalmente
equivocado y no aborda estos dos problemas básicos”; como muestra el escándalo
de la subasta de la CESUR el pasado 19 diciembre de 2013.
Cambiar el modelo
energético
De acuerdo con Javier García Breva, España cuenta ahora con
una gran ventaja que no tiene ningún Estado de la Unión Europea: “tiene un
índice de cobertura de la demanda de 1,73 puntos, mientras que la media de la
Unión Europea es 1,1 puntos, lo que quiere decir que no utilizamos ni el 50% de
la potencia eléctrica instalada; esto, que habla mal del pasado, es una buena
oportunidad para planificar el futuro; no tenemos un problema inmediato de
seguridad de suministro, por lo que sentémonos y cambiemos el modelo”.
Entrevista completa en el número 7 de Cuadernos de Material Eléctrico.